Fabrus, dos hermanos ahuachapanecos con un extraordinario talento

Fabrus, dos hermanos ahuachapanecos con un extraordinario talento

Ataco , en Ahuachapán, está colmado de pintorescos murales. Tras estas figuras está la creatividad de Bruno y Fabio Jiménez, dos hermanos que han llenado de color no solo Ataco, sino Ahuachapán y otros rincones del país e incluso ciudades de Colombia, Guatemala y EE.UU.

“Fabru’s Art”, como han bautizado su trabajo, es una colorida mezcla de pinturas –todas inéditas– en las que ambos van plasmando un mundo cargado de la idiosincracia de nuestra tierra.

Son pinturas con un estilo costumbrista pero donde también hay un toque de inocencia y hasta de humor. Es un conjunto de rostros morenos de mujeres, el típico perro criollo, lagartijas, grillos y un sinfín de personajes que conforman la galería de los hermanos Jiménez.

Foto cortesía Hermanos Fabrus.

Sin embargo la reina de estas obras de arte es una muñequita morena de enorme cabeza y grandes y profundos ojos verdes que siempre está rodeada de paisajes que simulan los preciosos pueblos de nuestro terruño. Es la Memita, la marca registrada de los artistas y presente en todos sus murales.

“Nuestros diseños son únicos, inéditos, tratamos de no repetir una pieza. Las ‘Memitas’ son la mismas pero pintadas en diferentes entornos, siempre contando una historia”, contó Bruno de 40 años, el mayor de los dos hermanos.

Foto cortesía Hermanos Fabrus

El pasaje La Concordia, localizado a un costado de la iglesia Nuestra Señora de la Asunción, es el sitio predilecto para tomarse una fotografía con uno de los murales más conocidos. También hay otros murales en la Plaza El Amatillo, uno más en el estadio y el Domo Deportivo de Ahuachapán.

Los hermanos Jiménez además han sido llamados para decorar hoteles, cafeterías de fábricas, plantas geotérmicas, hospitales y otros edificios.

Si bien los hermanos son conocidos por sus murales, ellos elaboran lienzos, tazas, agendas, bateas y cualquier pieza que el cliente solicite, con estos personajes.

Once años y grandes proyectos
Hace once años, justo el 7 de septiembre de 2009, durante la fiesta de los Farolitos, una fiesta muy importante para la gente de Ataco, comenzó el pequeño emprendimiento de manera oficial, cuando ya ambos hermanos se animaron a vender su arte.

Pero la idea de pintar de manera profesional había nacido meses atrás y casi por accidente. La popular Memita, cuyo nombre está inspirado en la mamá de ambos que se llama Nohemy, fue plasmada en una teja por encargo de un vecino y de inmediato cautivó a medio pueblo.

Foto cortesía Hermanos Fabrus


Luego llegaron más encargos de vecinos y el mundo de ambos hermanos se llenó de color.

Las memitas fueron las primeras que hicieron como piezas individuales o en cuadros, comales o pedazos de madera, pero luego incorporaron un entorno en el que abundaron los personajes propios de la idiosincrasia de nuestra tierra.

Después serían llamados por la municipalidad para decorar el pasaje La Concordia en Achuachapán y más tarde, dueños de negocios, primero de la capital y ahora de todo el país querían sus murales, con la Memita como protagonista.

Bruno, de profesión abogado, fue el primero en dejar su carrera para dedicarse de lleno a pintar. Fabio, graduado de arquitecto, también abandonó poco después la profesión y juntos se arriesgaron a rentar un local en el pueblo de Ataco donde comenzaron a promover su arte.

Foto cortesía Hermanos Fabrus

Los cuadros de las famosas cabezonas ahora han traspasado las fronteras y han sido comprados por extranjeros que quedan fascinados con los ojitos inocentes y llenos de dulzura de las simpáticas muñecas.

Los hermanos poseen un local en Ataco que–aunque modesto– también les sirve de taller y galería, ahí siguen creando y exponiendo a diario su “Fabru’s Art” que aseguran, no tiene fin.

Quieren pintar la capital

Tanto Bruno como Fabio aspiran a seguir encontrando espacios donde puedan exponer sus trabajos.

Más que vender, lo que quieren es mostrar su arte. Ya han expuetos en varios museos del país, para la Embajada Americana, en el teatro de Santa Ana, la Alianza Francesa, y en ciudades de Estados Unidos como Virginia, Los Ángeles y Las Vegas, este último viaje fue representativo para ellos porque celebraron los 10 años de la famosa Memita y dejaron pintado un mural en el consulado.

Foto cortesía Hermanos Fabrus.

Sin embargo, los hermanos siguen soñando con pintar San Salvador. Que sus Memitas y personajes que la acompañan también decoren pasos a desnivel, el aeropuerto del país y otras zonas donde ya se ha dado espacio a otros artistas urbanos.

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