Antonio Boss es el dueño de Accesorios La Vega, el cual se ubica sobre el Bulevar Venezuela, en San Salvador. Cada tarde, en los momentos de mayor tráfico vehicular coge el micrófono, y todo su equipo de equipo de karaoke para interpretar algunas canciones en una rutina que llama la atención de quienes viajan en sus vehículos.
Antonio Boss tenía 35 años cuando decidió dar vida a un negocio de luces led, alfombras, copas, espejos, crikos, todo para vehículos y motocicletas, establecimiento al que más tarde bautizó como accesorios La Vega.
Pero fue hasta hace tres años que le imprimió su propio sello: un karaoke en el que canta por un par de horas.
No es que el establecimiento funcione como una venta de accesorios y un lugar para cantar a la vez.
Por el contrario, Antonio, ahora de 51 años, aprovecha su don de cantante para llamar la atención del peatón o del automovilista y atraer más clientes.
Aparte, le sirve para ensayar canciones y no perder la costumbre de interpretar aquellas melodías que son del parecer de muchas personas, según cuenta.
Y lo hace en los momentos de mayor congestionamiento vehicular para que la gente que pasa frente al negocio pueda detectar sus cualidades y además fijarse en el producto que él tiene a la venta.
Algunos le levantan la mano como señal de aprobación y otros, aunque en menor número, aprietan el puño y con el dedo pulgar hacia abajo para indicarle que no cuentan con su apoyo.
Otros lo observan, alzan ambas manos y las mueven de un lado a otro para expresarle que les encanta la canción que está interpretando
Pero Antonio lo entiende y con el tiempo sabe que ha venido sumando más gente que están de acuerdo con lo que hace.
Esta modalidad la inició a finales de 2018 y constituiría tres años bajo esta iniciativa, aunque él dice que no incluye el período en el que el país cerró por la pandemia.
Aun así, cree que tiene la capacidad para cantar y de llevar el negocio al mismo tiempo procurando obtener más ingresos.
El negocio lo abre a las 8 am de lunes a sábado y cierra entre 5 y 6 pm, pero si un cliente le solicita sus servicios como cantante no duda en hacerlo.
Además, agrega que en cada presentación que realiza incluye chistes blancos o que no cause ningún tipo de ofensa a la persona.
Canta rancheras, música en inglés, pop, rock, cumbia, salsa, banda y hasta música cristiana, según lo que la gente le pida.
También toca teclado, guitarra y otros instrumentos, especialidades artísticas que aprendió hace 14 años, pero que no había tenido la oportunidad de desarrollarlas.
Lo de cantar ocurrió a finales de 2018 después que decidió salirse de la orquesta en la que era se desempeñaba como vocalista.
Ahora preside toda clase de reuniones y fiestas familiares, de acuerdo a las solicitudes de las personas que solicitan sus servicios.
Su meta es tener su propia canción, remarca y asegura que los escritos los tiene, pero tenerla lista para que suene en los distintos medios de comunicación es un reto complicado por falta de recursos.
Para cualquier solicitud del producto que vende o de presidir un evento, dispone el teléfono 7169-9560.
