Más niños son dejados en la frontera entre México y Estados Unidos por la política del presidente Joe Biden de permitir la entrada de niños, pero no de sus familiares adultos.
La iniciativa del gobierno es acompañar a los menores y a sus padres evitarles el ingreso. La intención es reducir el flujo migratorio, en su mayoría proveniente de los países del Triángulo Norte, que conforman Nicaragua, Honduras y El Salvador.
En la frontera permanecen cientos de migrantes intentando llegar a dicha nación debido a los problemas internos en sus países de origen.
Sin embargo, las últimas decisiones no contemplan permitir el ingreso de más personas por la vía irregular si bien nunca ha estado en la agenda de las autoridades.
Pero esta vez, la decisión pasa por permitir el ingreso de niños no acompañados a fin de otorgarles asilo.
Varias organizaciones a favor de los migrantes pidieron no hacer diferencia entre niños y familias y que decidan a sus padres acompañar a sus hijos.
En el mes de marzo de 2021, las instituciones registraron el ingreso al país del norte de 19,000 niños comparado con los 11,000 de mayo del año pasado, un récord histórico.
Especialistas aseguran que estas decisiones son un mensaje de dureza de la actual administración estadounidense para bajar los flujos migratorios, pero otros aseguran que llevan fines integrales.
Esta semana, Biden desplegó ayuda humanitaria a los países del Triángulo Norte para convencer a los representantes de los países involucrados en la problemática migratoria realizar acciones para evitar que muchas familias busquen migrar.
Especialistas aseguran que viajar ilegalmente a Estados Unidos tiene causas estructurales como la violencia y otros factores relacionados a la pobreza.
Por ello, el interés de las autoridades estadounidenses es ayudar especialmente a las familias golpeadas directamente por las tormentas tropicales del año pasado, que recrudeció la pobreza en las naciones afectadas.
