Doña Rosa Cándida Mus, oriunda de San Luis La Herradura, lleva toda una vida dedicada a la pesca.
Tiene más de 50 años ejerciendo esta labor que le ha permitido enfrentar diferentes etapas.
Era una adolescente cuando empezó todo, cuenta. Y hasta hoy con esta fuente de ingresos ha logrado mantener junto a su esposo a sus hijos.
”Con mi hermano empecé, yo era el piloto de él. Él tiraba la atarraya y yo remaba. Eso era lo que hacían nuestros padres, también por herencia lo hacíamos nosotros”, relata la señora que aún sigue en esa faena.
Ella junto a otras pescadoras participaron en un conversatorio de Género y Justicia Ambiental para analizar la problemática del cambio climático y su impacto en las mujeres pescadoras.
El evento se organizó en el marco del convenio Manos Limpias y pretende dar líneas de acción para enfrentar la problemática ambiental que afecta a todo el planeta en la actualidad.
”Es un conservatorio organizado por Observatorio de Justicia Ambiental con el objeto de analizar el impacto del cambio climático en la situación de las mujeres pescadoras (…), y cuáles son los principales desafíos del país”, añade Vilma Vaquerano, coordinadora del Observatorio Ambiental de ORMUSA.
Es una actividad en donde participaron representantes de varias instituciones entre ellos la FAO, que trabaja de cerca con Cendepesca para mejorar el desarrollo de la actividad pesquera.
Diego Recalde Leon, representante de la FAO en El Salvador, vierte opiniones optimistas respecto a un apoyo financiero que vaya destinado al sector y que se convierta en un mayor desarrollo.
En el conservatorio se hizo especial énfasis en la auto sostenibilidad pesquera, un tema que demanda mayor apoyo, algo que la FAO está consciente y del que asegura que solo con la articulación de esfuerzos se puede concretar los objetivos deseados.
