Edison era un niño cuando le comenzó la pasión por la música. Fue grande esa pasión que decidió componer sus propias canciones y abrir las puertas para hacer de este arte un medio de subsistencia.
A Edison Eduardo Clavel le gusta la gastronomía como nadie.
Por eso es chef aunque él mismo dice, no certificado. Pero no hay como la música.
“Soy chef, el (Se refiere al maestro que le enseñó este arte ) tenía un negocio y en los cuatro años que trabajé para él aprendí a cocinar”, sostiene.
No obstante, Edison es un apasionado de la música y a sus 32 años ya acumula abundante experiencia.
Desde niño tuvo vocación por el canto, una inclinación que nunca lo ha abandonado por considerarla clave en su diario vivir.
Empezó a tocar una vieja guitarra de su abuelo y guiándose con un libro inició a componer melodías a su gusto.
A los 12 años ya tenía su propia canción.
Y así fue sumando una que otra melodía hasta tener su colección.
”Hasta el día de hoy no había podido sacar las canciones donde las tenía anotadas, pero decidí sacar el talento a la calle y mostrar lo que Dios me ha dado”, subraya.
Sin embargo, fue hasta después de la pandemia que su interés por el canto fue tomando más fuerza.
Ahora se sube a los buses y microbuses para cantar y ganar unos centavos, visita algunos parques y preside eventos especiales, según el cliente se lo solicite.
“Sigo tocando puertas y esperando que se abran otras puertas”, expresa el joven, residente en San Marcos donde vive con su esposa e hijo.
Edison se considera un romántico empedernido y sus composiciones y música así lo reflejan. “Soy versátil, me gusta el vallenato y reguetón romántico”, sostiene.
Aunque dirige la mirada al pasado como fuente de inspiración a partir del éxito y contenido que tenían los ritmos de antaño.
A Edison Clavel lo encuentra en Tik Tok e Instagram como Edigarofano donde él documenta su recorrido por las calles capitalinas y su esfuerzo por encontrar espacios para difundir su arte.
Suerte !!