Cultivo de fresas, una innovadora apuesta de agricultores de Apaneca

Cultivo de fresas, una innovadora apuesta de agricultores de Apaneca

Apaneca en Ahuachapán es conocida por sus hermosos parajes, su fresco clima y por estar rodeada de cafetales, ese es el fruto rey en la zona. Sin embargo poco a poco un grupo de innovadores productores liderados por Gustavo Melgar, un salvadoreño “terco” como él se autodefine, también pintan esos cerros de rojo, introduciendo y con éxito el cultivo de fresas.

Todo comenzó hace doce años cuando Gustavo Melgar, mercadólogo de profesión pero agricultor de corazón, se empeñó por apostar por el cultivo de fresas, una apuesta visionaria pero desconocida.

Gustavo convenció a dos de sus hermanos – su familia se ha dedicado toda la vida al cultivo de café- a probar con este fruto, ya que la crisis del grano de oro que por años ha golpeado a los cafetaleros les golpeaba los ingresos.

Los tres desconocían todo, desde la siembra, el manejo del cultivo y la cosecha y los primeros tres años ese desconocimiento les pasó factura.

El salvadoreño y padre de tres hijos reconoce que experimentaron de todo y tanto su familia como sus vecinos y amigos le decían que abandonara semejante aventura.

La fresa es un cultivo con características particulares, las raíces se desarrollan mejor en un clima frío, pero también se requiere mucha humedad y en Apaneca hay deficiencia de agua.

Ese obstáculo lo vencieron al filtrar agua de la Laguna Las Ninfas, pero en verano era insuficiente, así que crearon reservorios acumulando aguas lluvias en invierno que les duraban hasta tres meses en verano.

También tocaron varias puertas para intentar informarse sobre el cultivo orgánico de la fruta, pero como no es un producto tradicional, el desconocimiento era el denominador común.

“Los primeros tres años hubo pérdida tras pérdida y todo el mundo me decía que ya dejara eso, pero yo soy terco y no dejaba de luchar, de probar, de investigar y a prueba y error fuimos logrando mejores resultados”, cuenta Gustavo emocionado.

La cosecha de un luchador

La Asociación Cooperativa de Fresas de Apaneca fundada por Gustavo se creó hace doce años y desde entonces han venido realizando grandes esfuerzos por solidificar y crear un interés en esta agroindustria y sobre todo en este nuevo cultivo.

A través del tiempo lograron apoyo de instituciones como el Ministerio de Agricultura y Ganadería, el Banco Interamericano de Desarrollo y otros, pero también encontraron muchas puertas cerradas y escepticismo respecto a un cultivo delicado y poco conocido.

Gustavo reconoce que los inicios fueron difíciles, ya que este tipo de siembra no se conocía como tal en el país, y había muchos vacíos en cuanto al cultivo, manejo de plagas, variedades de plantas y más.

“Tuvimos tres o cuatro años de pura prueba y error y era frustrante, pero yo no me rendía”, cuenta el salvadoreño.

Incluso en 2005 y tras la erupción del Volcán Ilamatepec perdieron el fresal casi por completo, pero todas esas dificultades solo hacían que Gustavo siguiera persistiendo en su lucha por lograr un cultivo orgánico rentable que se tradujera en mejores oportunidades para él y sus vecinos agricultores.

Las fresas tienen calidad de exportación.

Hoy, 12 años después Gustavo celebra el ser testarudo, porque gracias a su necedad logró fundar la Asociación Cooperativa de Fresas de Apaneca que da sustento a unos 15 familias  de la zona de Apaneca.

Junto a su hija mayor, Linda Melgar de 26 años, también mercadóloga pero amante de la tierra como su padre, lograron crear un manual donde se explica claramente sobre el manejo de la fruta, desde sus variedades, cultivo, plagas y más.

La idea del manual, cuenta Linda, tan entusiasta como su padre, es que más salvadoreños puedan conocer sobre el cultivo de la fruta y con ello generar nuevos empleos y mejores ingresos.

Y es que Gustavo, asegura que la rentabilidad del cultivo está garantizada.  La cooperativa cultivó en la última cosecha de 2020 unas 6,000 libras de fresa, principalmente variedades de Estados Unidos y Argentina, pero para este año proyectan cosechar al menos unas 70,000 libras, lo que representa apenas el 5% del total del consumo de la fruta en el país.

“Este año como cooperativa queremos sembrar 30,000 plantas de mayo a junio y 100,000 plantas a partir de septiembre,  eso significaría unas 130,000 plantas a diciembre, unas 70,000 libras de fresas al año , que es el 5% del consumo local pero vamos a crecer más”, dice convencido.

Según datos investigados por el productor en El Salvador se consumen entre 12 o 13 millones de libras de fresa al año y solo se produce el 1%, así que apostar por el cultivo con un iniciativa segura.

“El cultivo tiene un potencial enorme, es altamente rentable. A nosotros nos costó pero hace cinco años empezamos a ver rentabilidad. En café usted puede sacar $4,000 de ganancia por una manzana, en fresas se sacan $60,000 a $75,000 dólares por manzana. Sí es un cultivo caro, se invierte más pero su rentabilidad es absoluta”, cuenta.

La cooperativa distribuye sus fresas a una prestigiosa cadena de supermercados salvadoreña y a distribuidores directos que le venden a hoteles y reconocidas pastelerías.

Gustavo que ha vivido de cerca todo el proceso de cultivo y cosecha de este fruto al que sumado las frambuesas y las cerezas que también tienen un enorme potencial, ya está compartiendo su conocimiento y experiencia con agricultores de Comasagua en La Libertad, Las Pilas en Chalatenango y la zona de Los Naranjos en Santa Ana, donde al menos unas 15 familias en total, ya están cosechando fresas.

“Gracias a Dios, técnicamente y en base a prueba y error de los años, ya tenemos cierto conocimiento para producir, empezamos con los pies descalzos, y nos dolían las piedras del camino, pero seguimos, luego nos pusimos calcetines y ahora zapatos y ya vamos caminando seguros”, cuenta lleno de orgullo y asegura que está dispuesto a seguir compartiendo su conocimiento tanto a través del manual como con charlas, a quien quiera incursionar en esta agroindustria.

Hace poco la cooperativa afianzó sus esfuerzos con la creación de una red de productores de fresas apoyada por el programa de Innovación Tecnológica Proinnova  de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social, FUSADES que les ayudará a difundir el manual y seguir desarrollando el cultivo.

Aunque el cultivo de fresa tiene potencial de exportación y esperan que otros salvadoreños lo logren, Gustavo y su cooperativa se concentrarán en el mercado local.

Gustavo se siente orgulloso de no haberse rendido y que sus hijos le aporten la innovación y otra visión al negocio.

Un comentario en «Cultivo de fresas, una innovadora apuesta de agricultores de Apaneca»

  1. Wow eso si es QUERER hacer los sueños realidad y que tenacidad y paciencia sobretodo ; de verdad muchísimas felicidades Gustavo y Linda por este bello proyecto y les deseo muchos triunfos y gracias a mipaisitosv por esta linda e inspiradora historia.

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