Los 100 años de Apopa entre el desarrollo económico y el valor histórico

Los 100 años de Apopa entre el desarrollo económico y el valor histórico

El municipio de Apopa celebra este 7 de junio cien años de fundación con un legado histórico y cultural que supone uno de los espacios territoriales de El Salvador con mayor arraigo entre sus habitantes.

Apopa es la cuna de muchos artistas y escritores como el cantante Vicente Acosta, el pintor Noé Canjura y el poeta Salvador Juárez, todos de grata recordación.

A este municipio se le debe la creación de la “Pupusa Gigante o  Chengas”, que más adelante se extendió en todo el país con la denominación de “pupusas locas”, una combinación entre la masa o arroz y queso, frijoles, chicharrón u otros ingredientes.

Además, se le recuerda por ser una de las primeras ciudades promotoras del desarrollo económico.

Su territorio fue ocupado por las dos únicas líneas férreas en su tránsito a Guatemala y Acajutla, en Sonsonate.

Durante la revolución industrial entre los años 1960 y 1970 , se asentó el Ingenio El Ángel y luego la Destilería Salvadoreña en pleno desarrollo económico.

Actualmente, cuenta con una iglesia diseñada con un estilo arquitectónico que data desde la época colonial y es frecuentemente visitada por los habitantes para honrar la memoria de Santa Catarina Virgen y Mártir.

Las aspiraciones de muchos de sus habitantes y de quienes conforman el comité de celebración de los 100 años de creación de este populoso municipio es que se establezca un museo en el que se detalle todo el pasado histórico de la ciudad desde su fundación hasta la actualidad.

Cuna de artistas y poetas

En el municipio nació Noé Canjura, conocido como “El Pintor Descalzo”,  por su costumbre de caminar con su carreta desde San Salvador hasta Apopa y viceversa.

Para ganarse la vida, tuvo que trabajar en un aserradero y frecuentemente incluso dormir en el lugar sobre tablas de madera en estado aún rústico.

Viajó a Francia, su segunda patria donde perfeccionó el arte por el óleo. Antes expuso sus obras en Guatemala y México.

La pintura de Canjura es ahora una síntesis de las muchas influencias que marcaron profundamente su carácter así como su trabajo. Sus lienzos son a la vez dramáticos y nostálgicos.
Compuso poderosamente, a la vez detallados y con gran sutileza, planos de color simples que sugieren al principio abstracción.

Claudia Juárez, una de las representantes del comité de celebración de 100 años del municipio, destaca que artistas como Canjura demuestran la valía y legado cultural de la ciudad.

“Toca fibra y la gente que nació en él (Apopa) llega a quererlo. Apopa está caracterizado por ser un inventario cultural arquitectura, su iglesia ha sido denominada cuna de artistas y escritores”, señala.

Juárez es descendiente del poeta Salvador Juárez, quien formó parte de la Generación Comprometida de El Salvador.

Claudia lo recuerda como como un personaje dedicado a promover la literatura salvadoreña a través de sus obras.

Juárez escribió “Puro Guanaco”,  objeto de estudio en el plan básico y bachillerato del Ministerio de Educación.

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