Iglesia El Calvario, un pasado invaluable que se niega a morir

Iglesia El Calvario, un pasado invaluable que se niega a morir

En medio del bullicio y las inclemencias del tiempo sobresale la Iglesia de El Calvario en el centro histórico de San Salvador. El templo de origen arquitectónico, que es creado para atender las festividades de la cuaresma y Semana Santa, mantiene intacta su estructura, la tercera que la autodefine como un testimonio viviente de la vida añeja de la capital en el siglo pasado.

Entrar en la Iglesia El Calvario es recordar la tradición religiosa de San Salvador desde sus más remotos orígenes en 1960.

Su estructura rememora el punto de partida del desarrollo arquitectónico pese a la transformación sufrida en tres ocasiones hasta alcanzar su tercera construcción, que la ha mantenido intacta con el paso de los años.

La primera iglesia fue diseñada en el siglo XVII con una altura de 16 varias y estaba edificada de cal y canto, pero fue destruida por el terremoto de 1854.

La segunda se construyó de madera y fue consumida por un incendio el 27 de enero de 1908.

El arte gótico reflejado en la iglesia El Calvario

Tras este acontecimiento, se erigió una ermita o capilla provisional, pero al tiempo se dieron los primeros pasos para la construcción de un templo de cemento armado con las características de las líneas tradicionales de la arquitectura italiana y española.

Así, la estructura dirigida por el ingeniero Augusto Baratta, fue adquiriendo un estilo gótico, el arte religioso por excelencia.

El padre somasco Juan Garacino, quien fue nombrado en 1925 como vicario de la iglesia, hacía un recorrido por los mercados cada tres semanas pidiendo limosna y periódicamente visitaba las casas de los feligreses.

En su tiempo se terminó de edificar el extremo norte del templo, se construyeron cuatro altares y se dotó al tiempo de una cúpula con vidrieras de color provenientes de la casa Albano Macario, de Turín, Italia.

La primera parte de la iglesia fue inaugurada el sábado 29 de mayo de 1932, según se relata en la monografía de la iglesia El Calvario.

La obra se concluyó entre 1938 a 1950 y fue consagrada por monseñor Luis Chávez y González el 20 de enero de 1951.

El templo de construcción gótica tiene 64 metros de largo por 52 de ancho y es un testimonio fervoroso de la vida añeja de la capital en el siglo pasado.

Constituye un monumento a la religión, una piedra secular y venerable con una estética de alta calidad que refleja al mismo tiempo la forma delicada con que fue edificado.

Visitar su interior representa un recorrido y un viaje a lo eterno, a lo misterioso y a lo profundo de un pasado invaluable con una vida perenne.

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