Don José, el pastor evangélico que alfombra los parques de piscuchas

Don José, el pastor evangélico que alfombra los parques de piscuchas

Encumbrar una piscucha es una tradición que revive cada año don José, un pastor evangélico que suele ocupar las zonas verdes y espaciosas para el comercio de esta fuente de diversión.

Don José Ramiro Peinado lleva 45 años elaborando piscuchas.  Ha adornado, dice, varios centros de recreación como el parque Libertad, parque Cuscatlán, redondel Masferrer, la subida a los Planes de Renderos, bulevar Luis Poma, Troncal del Norte y el redondel El Platillo. 

Precisamente en este lugar es donde coloca una variedad de piscuchas aunque sobresalen los cometas de diferentes dimensiones.

Esta tradición cobra mayor auge en octubre por los vientos que suelen producirse.

Sin embargo, el aumento de las corrientes de aire ha tomado mayor fuerza  en este mes, por lo que don José quiere aprovechar las condiciones actuales para obtener unos ingresos.

Y aclara que parte de las ganancias se  destina para “ayudar a la gente”.

El comerciante profesa la religión evangélica desde hace muchos años.
Convertido hoy en pastor de la Iglesia evangélica Príncipe de Paz evoca al principio cristiano “el obrero es digno de su salario”.

“Hablo con mi Dios y lo que hago es trabajar porque la misma palabra dice  “el obrero es digno de su salario. Trabajamos en la obra celestial de Dios”, indica. 

Y desde esa perspectiva no se ha detenido en el proceso de elaboración de piscuchas como fuente de ingresos.

Una parte de ese dinero, reitera, se va para algunas personas, especialmente a quienes ayudan en la fabricación del producto.

Por la economía y el costo de la materia prima, subraya, que no todos los días se gana igual.

“Tengo a algunas personas trabajando que les doy sus centavos. Hoy cuesta por la materia prima y la economía. Lleva un trabajo serio lo que nos da la piscucha. Se compra la barra de castilla, se paga porque la rajen y la limpien …,Hay va el pegamento de zapato hay va el hilo…”, agrega.

Don José cree que encumbrar una piscucha resulta una práctica más saludable que el uso de un celular en alusión a la inclinación de muchos niños y jóvenes al uso del aparato en lugar de fomentar esta tradición.

Además enfatiza en que si un niño o joven no puede encumbrarla en el lugar se le enseña para que no se le complique cuando haga uso de este medio de diversión, también a las personas a diseñar una piscucha.

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