Don Salvador Angulo cumplió el fin de semana 100 años de vida. Se lo agradece a Dios y dice que como ser humano “ya dio lo que tuvo que dar”.
Para don “Chamba” como lo conocen, es una bendición de Dios llegar a los 100 años de vida como pocos.
Siempre que llega abril se encuentra de manteles largos y el fin de semana pasado tuvo visitas.
Llegaron sus hijos, nietos y bisnietos a su casa en San Marcos para celebrarle su cumpleaños.
“Para mí es como un sueño, he caminado mucho y es como un regalo de Dios”, asegura con una mentalidad íntegra que parece no haberle pasado factura con el paso del tiempo.
A pesar de llegar al centenario de edad, es lúcido al hablar, se mantiene fuerte y agradecido al haber llegado a esta edad.
“He caminado mucho y no lo he sentido” indica y agrega que el tiempo que Dios le ha otorgado es suficiente, por lo que no puede ambicionar a más.
“Debo estar tranquilo con el vecino, con la familia porque son los últimos días y estar conforme porque Dios me dio el tiempo que me quiso dar”, añade.
A pesar, de sus años, sostiene que hay muchas cosas que desearía hacer en la vida, especialmente en la parte espiritual.
”Me hacen falta muchas cosas más, en el aspecto espiritual, siento que me falta todavía”, detalla.
Un marquista de Corazón
Don Salvador se asentó en San Marcos hace 60 años, un municipio, que según dice, ha sufrido transformaciones importantes como todo el país.
Para entonces, tenía 40 años y trabajaba para Héctor Salazar, un ciudadano alemán con mucha riqueza quien tenía una compañía constructora que era la propietaria de San Marcos en los orígenes del municipio.
“San Marcos para mí ha sido una parte de mi vida. Acá he vivido y pasaré mis últimos años”, subraya. Cuando vine aquí la gente era más dadivosa, podíamos platicar más. Me gustaría que fuera San Marcos como antes con menos preocupaciones políticas porque la política divide”, explica.
Ha vivido las épocas de dictadura hasta la actualidad
Don Salvador nació en abril de 1921 en medio de la dinastía Meléndez-Quiñonez, aunque lo que más recuerda de este período de dictadura fue la gestión del General Maximiliano Hernández Martínez (1931-1934).
Cuenta que pese a las constantes críticas a la administración de Martínez fue él quien hizo bien al país al reactivar la economía, combatir la corrupción dejada por las administraciones anteriores y crear la reforma agraria en momentos que la mayoría de las propiedades eran dueños de los terrenos y haciendas.
Al hacer un recorrido por los distintos períodos presidenciales, el anciano se queda con la época del exmilitar y asegura que al dejar el gobierno la economía cae, el país se vuelve inestable, se produce la guerra civil y nuevamente El Salvador enfrenta problemas sociales.
Estos problemas, lo atribuye a las diferencias entre ricos y pobres por la resistencia de los primeros a dejar que los que tengan menos recursos crezcan en sus condiciones de vida.
Muy poca gente llega a sus 100 años y mucho menos con fuerza y memoria muy lucida
Muchas felicidades!
Un aporte muy interesante. Gracias por la información. Un cordial saludo.