Rodolfo Alberto, el zapatero de mil batallas que se resiste al paso del tiempo

Rodolfo Alberto, el zapatero de mil batallas que se resiste al paso del tiempo

En la Intersección de la avenida Sierra Nevada y calle Toluca en la colonia Miramonte en San Salvador se halla a diario Rodolfo Alberto, un zapatero con más de 60 años de experiencia
Siempre se le ve de buen humor y aunque pasen los años dice que su primera misión es que el cliente se vaya satisfecho del calzado que ha reparado.

Rodolfo Alberto tiene todo bajo control en su taller. Nunca le falta una aguja para zapatos, pasta para los mismos, cuero de varios colores,  suelas de res y para tenis, y otros utensilios. 

Los cepillos lucen desgastados pero por si claudican ya tiene otros sustitutos.  Trabaja como un reloj suizo: tiempos perfectos en la entrega de cada encargo.

Cada año su trabajo ha sido como el vino: entre más años cumple mejora la calidad de su oficio.

Por eso se ampara en la frase “ si me gusta como quedó la reparación por supuesto que le debe gustar al cliente “.

Además, que la persona se lleve de entrada una buena impresión como zapatero y como persona.

Y finalmente le pone un poco de humor sin saberlo: “a la gente le gusta que platico y que sea amable porque es parte de la atención”. 

En realidad, Rodolfo es un tipo afable, sonriente y agradecido con la vida. 

Ha criado a sus hijos con este oficio, comprado una casa sin un trabajo formal como muchos. Pero ahí está, con mucha huella dejada a través de su trabajo.

Con más de 59 años en el oficio,  Rodolfo es un hombre que rebasa los 70 años y lleva más  de la mitad de su vida reparando calzado en su improvisado taller en la colonia Miramonte, en San Salvador. Sitio al que llegó hace 59 años, en los inicios de la guerra civil y desde ese tiempo nunca se ha movido. 

Recuerda que era obrero de una empresa de calzado donde aprendió a elaborar zapatos pero un día se quedó sin trabajo y la vida le cambió  radicalmente.

Para entonces tuvo la idea de salir a reparar calzado y se instaló en esa esquina de la capital para ganarse el pan de cada día .  

Fue así que empezó una larga vida dedicada a la reparación de calzado para criar a sus hijos.  

Pero algo que le movió a ejercer este trabajo fue que le gustó desde un inicio y no se ha detenido de hacerlo. “La gente me dice que soy platicón y que le gusta como trabajo”, expresa con una leve sonrisa. 
Clientes de todos lados

En realidad Rodolfo disfruta  su trabajo. Cada mañana sale temprano de su casa desde la Urbanización Las Margaritas, en Soyapango para su puesto. 

En la Miramonte curiosamente ha logrado un caudal de clientes desde ese sector hasta personas residentes de Santa Tecla, colonia Escalón y de otros sectores. 

Y la base de haber ganado más clientes es por la atención que él mismo da y la calidad con que repara un zapato. 

Aunque él mismo dice que no hace milagros cuando se trata de arreglar lo inservible pero los que se pueden reparar pone todo el empeño del mundo para que la persona quede satisfecha y regrese algún día. 

Es de la filosofía que si a él  le gusta la pieza que arregla también le debe de gustar al cliente, una frase que parece cumplir a la perfección.

Rodolfo repara esferas, cambia forros y toda la necesidad que un calzado pueda experimentar. 

Además dice con mucha mucha propiedad que cobra según el trabajo, lo que cuesta en realidad y convencido de que la persona regresará un día satisfecho de la atención brindada.

Cualquier ayuda o servicio de repara de calzado ha puesto a disposición el número telefónico 7644-6045.

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