Henry y Jonathan los jóvenes que rompen estereotipos con la elaboración de pupusas

Henry y Jonathan los jóvenes que rompen estereotipos con la elaboración de pupusas

En el corazón de la capital un negocio de pupusas atrae la atención de las personas y es precisamente porque este rico platillo es elaborado por dos jóvenes quienes han tenido que superar viejos estereotipos sociales. La tarea de inicio fue complicada pero en corto tiempo han sabido sobreponerse y ahora se han convertido en administradores del negocio sin perder la costumbre de que cada pupusa que hagan pase por sus manos.

Henry Antonio, de 22 años y Jonathan Portillo, de 28 dan rienda suelta al éxito, que según cuentan, está teniendo este pequeño establecimiento, ubicado en las cercanías del parque San José, frente al punto de microbuses de la ruta 38, proveniente de Apopa.

Desde las 4 de la madrugada ya están instalados en el negocio atendiendo a los clientes que cada día son más y cierran entre las 10:00 y 11:00 de la noche. 

Ambos aseguran que se quedaron sin trabajo durante los momentos más críticos de la pandemia pero que después que el país empezó a reactivarse iniciaron la búsqueda de empleo.

Y fue, relatan, la dueña de la pupusería que les abrió la puerta a pesar que no podían hacer pupusas ni cocinar.

Henry, oriundo de Sonsonate, dice que los primeros días fueron difíciles porque iniciaron una carrera contra el tiempo para aprender a hacer pupusas, pero una vez ya podían, nunca dejaron de hacerlo.

Henry detalla que en un inicio les enseñaron a echar tortillas, pero cuando ya las hacían, les resultó más fácil elaborar las pupusas.

Poco a poco fueron ampliando las distintas variedades. Ahora trabajan al gusto del cliente. Pueden hacer este tradicional platillo de queso con loroco, revueltas, de chicharrón, de frijol con queso, hasta de ajo.

Con el tiempo, se convirtieron en dueños del establecimiento porque la propietaria ya no quiso seguir trabajando por dedicarse al cuido de su salud.

Venimos a trabajar como empleados, trabajamos con la señora dueña del negocio desde hace ocho meses. Ya en eso de que estaba enferma, que no hallaba que hacer nos quedamos nosotros como encargados, pero ya podíamos echar tortillas, pupusas, hacer comidas, agarramos el valor de tomar el negocio”.

Henry Antonio

Por su parte, Jonathan Portillo, un ex mesero de un conocido hotel, sostiene que poco a poco fueron perdiendo el miedo y ahora considera que pueden hacer realizar la tarea sin ninguna pena.

Jonathan Portillo

Y la pena lo menciona porque esta sabedor que en El Salvador hay mucha estigmatización de la sociedad, especialmente cuando se tiene la idea que algunos trabajos son para hombres y otros para mujeres.

“Al principio nos dio pena, la gente nos venía, nos decía cosas, pero eso ya paso, ya se hizo costumbre. Ahora hasta nos toman videos y fotos y nos felicitan”.

Jonathan Portillo.

Hay gente que pasa que nos hacen burla. Lo importante es no hacerle caso, pero hay gente que nos pasa grabando y felicitando”, agrega Henry Antonio.

Actualmente, cuentan con cuatro empleados, entre mujeres y hombres que ayudan con cada una de las responsabilidades.

Los dos jóvenes también aprendieron a elaborar ricos platillos para la hora del almuerzo.

No les resulta complicado hacer sopa de gallina, pollo guisado, rellenos de distintos tipos y otras variedades más. Son en total, 7 tipos de comida que preparan a diario para el cliente, subrayan.

Por el incremento de los clientes, extendieron los horarios y los días de trabajo. La pupusería y comedor está habilitado todos los días.

Para cualquier información, han habilitado el número 7064-7620

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