Doña Juana: “ las cosas no están resultando como uno desea”

Doña Juana: “ las cosas no están resultando como uno desea”

En el parque Centenario se encuentra Juana Francisca Santos con su pequeño negocio de venta de productos pirotécnicos. Siempre espera esta época para percibir unos ingresos y salir de algunas deudas

Doña Juana tiene más de 20 años dedicándose a la venta de productos pirotécnicos. Su negocio está ubicado en el parque Centenario, en San Salvador.  Ahí vende la Número 5, Número 2, Número 3, Milpita, Torito Pinto, Candela Romana, ametralladoras, luces chinas y más.

Cada vez que se aproxima la temporada navideña, ella aplica a un puesto y siempre obtiene uno.

“Vamos a charlas, vamos a la División de Armas y Explosivos del Ministerio de la Defensa para sacar los papeles y vamos donde nos llaman”.

Juana francisca santos, comerciante

Tiene 73 años y conoce bien el negocio. Como toda venta, hay días buenos y malos y esta temporada las cosas no están resultando como desea, agrega.

Quizá sea por la pandemia o por las restricciones que dice encontrar cada año que vende. Aunque todavía falta menos de una semana para que finalice el año, aún tiene la esperanza de recoger unos centavos.

“Vamos a ver como nos trata la venta”, expresa mientras recuerda el dinero que tiene que reunir para pagar sus compromisos”, señala.

“Para pagar hay que vender porque sino uno queda enjaranado, la gente no recibe los productos, a uno se lo dan para recibir unos centavitos”,

Juana Francisca Santos, comerciante

Se refiere a que tiene que pagar a los proveedores parte de la venta adquirida. Por lo general, doña Juana siempre cumple sus objetivos.

Esta vez en su puesto de venta se ha llevado a su nuera y su nieta con quienes convive en su vivienda en Ciudad Delgado donde tiene “una tienda pequeñita” que le permite sobrevivir.

De ese populoso sector se traslada al parque Centenario y hace diez años lo hacía de la misma zona hasta en las afueras del excine Libertad.

Cuando se quemó el cine, cuenta, tuvo ella y otros comerciantes de productos pirotécnicos que ser trasladada al puesto actual por disposición de las autoridades municipales.

Actualmente como mandata la ley, la septuagenaria ha cambiado el diseño del negocio. Antes era de madera y ahora “tenemos barriles con agua, hacemos lo que ellos nos dicen, la mayoría tenemos champas metálicas y se miran mejor, además tenemos más precaución”, indica.

Además, este centro de venta de pólvora cuenta con pipas de agua en caso de emergencia y con las medidas de bioseguridad por la pandemia del coronavirus

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