El humo provocado por los incendios forestales del oeste de Estados Unidos, no solo generó el aire más tóxico del planeta sino que ya llegó hasta los estados de Boston, Washington y Nueva York.
Por Ricardo Guevara
Las llamas devoran a paso decenas de hectáreas de bosques, maleza y algunos complejos habitacionales, a pesar de los esfuerzos que realizan cada día unos 14,800 bomberos, quienes luchan contra 23 focos de incendios en la región.
Sin embargo, esta lucha se vuelve desigual debido a las altas temperaturas y al accionar de los vientos, los cuales avivan el fuego en diferentes zonas.
“Este humo está oscureciendo el sol y mantendrá las temperaturas unos grados más frías hoy que lo que se observaría si el humo no estuviera presente”, dijo en un mensaje en redes sociales el servicio meteorológico de Baltimore.
De acuerdo a las autoridades, algunos habitantes de Washington reportaron un smog de color amarillento/verdoso y en algunos condados las partículas en el aire son 40 veces superiores a lo normal.
Mientras el Departamento de Calidad Ambiental de Oregón extendió la alerta que debería haber expirado el lunes sobre la calidad del aire. El aire es tan denso que la aerolínea Alaska Airlaines suspendió hasta nuevo aviso sus vuelos a Spokane y Portland.
Los incendios se propagan por todo el estado de California, el humo está causando una mala calidad del aire y afectando la salud de los residentes de diferentes estados.
“La calidad del aire no es saludable en gran parte de nuestra región, debido al incendio de Bobcat. Seguimos monitoreando la calidad del aire, permanezca adentro y evite las actividades fuera, según sea posible”, dijo el Alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, en su cuenta de Twitter.
En algunos condados de los Ángeles afectados por los incendios, viven cientos de migrantes Centroamericanos, entre ellos una considerable cantidad de salvadoreños, quienes hasta la fecha no reportan daños familiares debido al fuego.
